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Y de pronto un día, en pleno invierno, se estropea la caldera. ¡La de quebraderos de cabeza que esto puede suponer! No es plato de buen gusto el tener que ducharse con agua fría cuando el mercurio marca sus registros mínimos anuales o tener que andar con mantas por casa porque la calefacción se ha estropeado.

¿Qué puede estar ocurriendo? Te contamos los más frecuentas problemas en calderas.

 

Una cosa está clara: si tienes una caldera en casa, debes tener a mano el contacto de especialistas en calderas porque nunca sabes si puede ocurrirte un problema. A ti o a tu comunidad de vecinos si la caldera es central. La temperatura de tu casa está en juego y, cómo no, también tu casa. Constipados, gripes, resfriados… suelen aparecer o recrudecerse si encima en nuestra propia casa pasamos frío porque se ha estropeado la caldera.

Aunque te parezca una obviedad, las calderas no duran para toda la vida aunque pensemos eso. También tienen un ciclo de vida que debemos tener en cuenta. Sí, duran muchísimos años pero quizás has comprado un piso con una caldera que ya llevaba tras de sí décadas de funcionamiento hasta que ha dejado de funcionar correctamente. Pero si hay un problema en calderas que se repite constantemente ese es el de la avería en la bomba. Esto significa que esta pieza tiene que ser reparada o mejor aún, sustituida por otra como algo más aconsejable. Lo identificarás por los ruidos de rozamiento.

Otro de los problemas más frecuentes en calderas y que te deben poner en alerta es la del goteo constante en la parte inferior de la misma. Bien puede ser por una rotura de la válvula de seguridad o de los puntos que unen éste con el racor, ¿quién sabe? Mejor acude siempre a un especialista. Las bajadas de presión son otros errores en calderas que debemos tener en cuenta (más información sobre la presión que debe tener la caldera), o lo que es lo mismo que el agua caliente y el calor de la calefacción desaparezcan por completo. No es que se trate de una avería en sí misma si no a un desajuste de poca importancia que hay que solucionar rápidamente.

La obstrucción en la salida de humos es una de las averías más frecuentes en calderas, junto a las averías por presión de agua. Puedes identificarla mirando el panel electrónico de la caldera. En este caso ten mucho cuidado pues el monóxido de carbono que genera su funcionamiento ha de evacuarse por un conducto de salida y con la avería esto no está sucediendo de forma efectiva.

También puede ocurrir que cuando enciendes la calefacción enseguida suba la temperatura, pero repentinamente se apague. Todo apunta a un problema en la bomba de recirculación de la calefacción se bloquea.  O por ejemplo la detección de algún corte en el suministro de gas que puede deberse a una avería, a una llave cerrada inconscientemente, o a un corte en el suministro.  Y otro de los problemas más frecuentes en calderas es la de la sonda de temperatura, encargada de detectar si el agua está caliente o no para dar la orden de calentar más agua. Sea cual sea el error, tener a mano a un especialista te ayudará en cualquier imprevisto. ¿Hablamos?