El uso continuado en casa de la caldera puede llevar a que ésta acumule una importante cantidad de cal llegando a poner en peligro incluso el estado y el funcionamiento de la propia caldera. ¿Qué solución tomar? Sin duda, la mejor opción es instalar un descalcificador. ¡Toma nota!

Si tienes una caldera es aconsejable que dispongas de un descalcificador, un pequeño aparato que te ayudará a controlar y evitar los problemas en el exceso de cal en el agua que transcurre por la caldera. Los actuales descalcificadores se pueden instalar en cualquier parte del domicilio, en cualquier tubería o conducto de agua aunque por lo general se recomienda una instalación cerca de la propia llave de paso general para un mejor rendimiento.

Y es que, colocar el descalcificador al lado de la llave de paso nos permitirá ya no solo que éste realice de forma más efectiva su función sino también que está mejor identificado en todo momento y que podamos acceder a él fácilmente. Debes tener en cuenta que la llave de paso general deriva el resto de conductos de agua al resto de la casa. Por lo que si el agua al pasar por el descalcificador queda limpia del exceso de cal, tendremos agua libre de cal para todo el domicilio.

Y es que desde que el agua llega a nuestras casas, su calidad viene determinada por las características propias del subsuelo donde circula, arrastrando con ella una gran cantidad de sedimentos que se deben eliminar. Las zonas más arrimadas a las costas son las que tienen una mayor concentración de cal por su mayor dureza aunque también las zonas interiores hacen uso de agua procedente de montañas que pueden llevar consigo muchos minerales que provocan la cal en la caldera. Un descalcificador ayuda a que el agua que usa nuestra caldera esté libre de estos sedimentos y por tanto nuestra caldera trabaje mejor y dure más tiempo.

Instalación de descalcificadores

El descalcificador es un aparato de rápida instalación, una operación en sí muy sencilla y rápida. Además colocarlo al lado de la llave de paso nos evitará elegir otra parte y gastarnos dinero en romper paredes y volverlas a tapar. No es preciso de obras ni de costosas y engorrosas instalaciones para beneficiarse de las ventajas de instalar un descalcificador para la protección de la caldera.

Hay muchos aparatos de diferentes tamaños, aunque lo más aconsejable es elegir los más compactos, es decir de tamaño medio. De hecho hay casas donde la dureza del agua no es muy alta con lo que un descalcificador más pequeño y básico sería suficiente. Para los edificios más grandes, de consumo mayor de agua o con un agua conocida por sus fuertes propiedades, será importante elegir un descalcificador mayor. Sea cual sea el tamaño, hoy en día se pueden colocar prácticamente en cualquier lugar consiguiendo con esa simple acción alargar la vida útil de nuestra caldera.