

La calidad de aire en espacios interiores se ha convertido en una de las mayores preocupaciones en los últimos meses, muy especialmente con la llegada del invierno. Ha sido entonces cuando ha sido necesario establecer pautas del uso de la calefacción en la pandemia del Covid con la imprescindible ventilación de esos espacios para minimizar el riesgo de contagio.
Es una buena ventilación Covid la que asegura la renovación constante del aire, requisito indispensable para que esos aerosoles responsables de la transmisión del virus queden neutralizados. ¿Pero cómo debe realizarse? En primer lugar, hay que tener en cuenta que hay dos formas de ventilación muy diferentes.
Un sistema sencillo y efectivo para mantener una buena calidad del aire es abrir las ventanas y, a ser posible, generar corrientes. Este es el sistema de ventilación de habitaciones por Covid más común en hogares y en cualquier recinto que tenga esa posibilidad. Mantener puertas y ventanas abiertas dispersa esas partículas susceptibles de contener el virus.
Muchos edificios y locales, sin embargo, cuentan con sistemas de ventilación mecánica que también son eficientes, siempre y cuando se empleen de forma adecuada. En este sentido, una buena ventilación Covid significa que esos equipos aporten un caudal de aire exterior suficiente para conseguir la renovación total del interior cada poco tiempo.
Por supuesto, es imprescindible asegurarse del correcto funcionamiento de los equipos mediante la revisión de todos sus elementos y, si fuera necesario, mediante el uso de medidores de CO2 que marcan la calidad del aire e indican si esa ventilación Covid mecánica es suficiente o es necesario tomar algún a medida de apoyo, bien mediante el uso de filtros de alta eficiencia HEPA, bien facilitando la ventilación natural.
Lo que es importante es evitar sistemas de recirculación del aire, ya que no ayudan a la renovación. Y, a nivel doméstico, aparatos como ventiladores tampoco se pueden emplear como ventilación Covid.
Es importante tener en cuenta que de nada sirve aplicar unos protocolos de ventilación Covid inadecuados. En espacios de uso continuado o de gran afluencia de personas la renovación del aire debe ser constante y los sistemas mecánicos deben permanecer encendidos desde un par de horas antes de la apertura hasta un tiempo similar después del cierre. Es la forma más eficiente de desactivar esos aerosoles portadores del coronavirus.
En el caso de ventilación de habitaciones por Covid en hogares, la recomendación es abrir las ventanas al menos 15 minutos después de que la hayan utilizado otras personas. Y, por supuesto, todas las habitaciones se deben ventilar diariamente.
También en otro tipo de recintos cerrados en los que no haya sistemas mecánicos que faciliten la ventilación Covid se deben mantener las ventanas abiertas. Es el caso de centros escolares, oficinas etc.
La llegada del frío supone un auténtico reto para mantener la calidad del aire sin perder confort térmico. Es complicado, sobre todo cuando el único sistema de ventilación posible es mantener las ventanas abiertas. Así, la calefacción en la pandemia del Covid se ha convertido en un problema añadido.
La recomendación es dar prioridad a la renovación del aire. Supone una pequeña pérdida de temperatura interior, sin embargo, con los sistemas de calefacción encendidos, las molestias por el frío se reducen, como también lo hace el riesgo de contagio si se mantienen las ventanas abiertas.
Alcanzar el equilibrio perfecto entre ventilación y calefacción en la pandemia del Covid es posible, simplemente, hay que prescindir de algún grado en el interior de las estancias. Un pequeño sacrificio que merece la pena si lo que está en juego es la salud.