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No importa quién eres, todas las personas en el planeta tienen algún tipo de huella de carbono. Una huella de carbono es una representación de las emisiones de carbono de las que cada uno somos responsables e indica el impacto que tenemos en nuestro planeta.

 

Al igual que tu huella de carbono real, la huella de carbono de todos es única y varía mucho según el lugar donde vives, tu nivel de riqueza, el estilo de vida que te gusta llevar y los tipos de energía a los que puedes acceder (energía verde o no renovable).

No importa dónde vivas, tus viajes, alimentos, productos que compres… todo representa casi dos tercios de tus emisiones totales de gases de efecto invernadero. Como puedes imaginar, al invertir un poco más de tiempo para pensar en cómo acceder a estos “lujos”, puedes reducir drásticamente tu propia huella personal y ayudar a que nuestro planeta sea un poco más verde.

Aquí hay algunos consejos simples que puedes introducir en tu rutina diaria para ayudar a crear un mundo más sostenible.

 

1. Calcula tu huella

La mitad de la huella de carbono promedio en el mundo desarrollado proviene de solo cuatro fuentes: la conducción, uso de electricidad, gas natural (usado para calentar y cocinar) y el consumo de carne. Al calcular tu huella de carbono, puedes comenzar a identificar las formas más efectivas de reducirla. Prueba las calculadoras en línea gratuitas, aquí tienes una para empezar; https://www.carbonfootprint.com/calculator.aspx

 

2. Reduce el desperdicio de alimentos

En los países más ricos, el desperdicio de alimentos es un problema importante. Cada año se desechan casi 100 kg / persona de alimentos comestibles (20% del suministro total de alimentos de una persona). Tomarse el tiempo para administrar nuestras compras de alimentos y concentrarse en comer más de los alimentos que compramos puede reducir drásticamente nuestra huella, nuestras facturas e incluso nuestra producción de basura.

 

3.  Consumo de productos sostenibles

Una sola porción de alimentos de origen animal (piense en carne roja o queso) tiene una huella de carbono que es drásticamente más alta que una porción comparable de nueces, granos o frutas. Agregar más alimentos bajos en carbono a tu dieta diaria no solo reduce su huella de carbono, sino que también puede mejorar tu dieta.

 

4. Instalación de un termostato en casa

El aire acondicionado supone un gran consumo de energía. En los meses de verano, mover el termostato solo un grado más caliente puede representar un ahorro de energía del 6%. Esto no solo se traduce en una menor huella de carbono y facturas de electricidad más bajas, sino que también significa una menor quema de combustibles fósiles.

 

5. Turismo cercano y sostenible

Volar es sin duda una de las formas más rápidas de acumular una huella de carbono masiva. Puedes disminuir tu frecuencia de viajes en avión y apreciar algunas de las atracciones locales. Dejar de volar por completo es prácticamente imposible, pero volar con menos frecuencia puede tener un gran impacto.

 

6. Compra productos de alta calidad

Hay muchas cosas que los fabricantes pueden usar para hacer que sus productos sean bajos en carbono, pero una de las mejores es simplemente hacer un producto que dure mucho tiempo. Elegir un producto de calidad que no se deshaga después de algunas semanas es una de las mejores opciones para comenzar a reducir tu huella de carbono.